Un libro fascinante, aunque viendo ayer la pelicula me he podido ver lo que me imaginaba con unas buenas imagenes visuales, dos pulgares para la directora Ang Lee y cuatro pulgares para Yann Martel.
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La historia relata que en esta barca hay un niño, una cebra, un gorila, una hiena y un tigre. La hiena se come a la cebra y al gorila. El tigre se come a la hiena. Entonces sólo quedan el niño y el tigre, náufragos, en una barca en mitad del océano. Y el niño debe evitar por todos los medios que el tigre le devore. ¿Cómo? Demostrándole quien es el animal alfa de ese territorio. Debe pescar para los dos y conseguir agua dulce. Debe buscar una forma de que les rescaten. Debe, sobre todo, mantener su cordura en el intento.
El libro no sólo va de eso, claro. Antes nos relata la vida de Piscine Molitor “Pi” Patel, un joven indio cuyas padres regentan un zoo y es aficionado al estudio de las distintas religiones de la india. Un tercio del libro es la vida de Pi antes del naufragio, cómo se relaciona con el mundo y evita que le troleen en el colegio. Un niño pequeño con una vida interior grande, un alma cándida a la que aún el mundo no ha contaminado.
Cuando sus padres se ven obligados a trasladar el zoo de su ciudad a Canadá para poder subsistir, venden una buena cantidad de animales y a preparan el traslado de otros en el barco, el mismo que naufragará en el trayecto.
Y entonces Pi se encuentra en medio de la nada y debe prepararse para sobrevivir sin tiempo de aceptar la pérdida de sus padres y su hermano. Es una novela hermosa, muy hermosa, tanto que desde la leí mantengo el libro a la vista en mi casa, porque me gusta pensar en la historia de cuando en cuando. Con un final estremecedor, cuando la compañía aseguradora del barco quiere hablar con el último superviviente de la tragedia y, renegando de la verosimilitud de su historia, le piden que les cuente una versión más creíble. Y él se la cuenta, algo que ellos puedan asimilar. Y entonces te das cuenta que lo importante de las historias no es que sean verdaderas o falsas, sino que sean buenas. Y esta es una historia extraordinaria.
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